Esos versos que tocan a mi puerta,
que de noche se vuelven escultura,
me suplican que tome su figura
me suplican que tome su figura
y maquille su rostro. (La desierta
y noctámbula forma
sigue abierta
al capricho total de mi locura.
La convierto en vital literatura).
al capricho total de mi locura.
La convierto en vital literatura).
¡Es magnífico! Entonces, vive alerta
el romance grandioso del soneto
que se escribe de noche y sin apuro.
que se escribe de noche y sin apuro.
Melodías se escuchan en mi casa.
(Y las rimas
murmuran: «El sujeto
sigue loco. No sabe que el conjuro
se parece a la vida…y todo pasa».).
sigue loco. No sabe que el conjuro
se parece a la vida…y todo pasa».).
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