martes, 1 de octubre de 2019

La mujer


La mujer es un arpegio
de emociones encontradas
y perfectas pinceladas
de razón y privilegio.
La mujer —con porte regio—
es amor, razón, ternura.
Es la divina figura
más perfecta de la tierra,
es la que siempre se aferra
a brindarnos la cordura.

La mujer nos da la vida,
nos amamanta en su pecho,
nos da calor en su lecho
como una llama encendida.
La mujer es precavida
en cualquier enfermedad.
Es esa serenidad
en las noches de tormenta;
es la palabra que alienta
si llega la soledad.

Mujer es aquella esposa
que siempre lucha contigo:
te aconseja, te da abrigo
de manera silenciosa.
Es fragancia de una rosa
rodeada de tanta espina
en la existencia mezquina,
y de eso, no espera nada.
La mujer está alumbrada
de bondad, mientras camina.

Es esa perfecta guía
que merece un gran respeto;
es un preciado amuleto
que acompaña noche y día.
Es dulzura y simpatía
en un camino temible.
Su esperanza es más sensible
ante los ojos de Dios.
¡Como una mujer no hay dos!
¡Es un tesoro increíble!



Esta décima se publicó en el libro «Con aroma de mujer».

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