domingo, 27 de octubre de 2019

Tiempo

Quiero sentir la brisa para ser una brisa;
quiero mirar el cielo para ser como el cielo.
Y que una nube venga, con magistral sonrisa,
para llevarme pronto con su infinito vuelo.

Eso parece un loco pero genial anhelo.
¡Volar temprano! ¡Siempre! ¡Soñar! ¡Vivir deprisa!
Como palomas blancas, ser libres de consuelo;
como la nieve dulce, posarse en la cornisa.

Si todos fueran libres, descubrirían mundos.
(Refuto poco. Nada pretende ser veraz).
Yo les daría tiempo, tan solo… ¡tiempo! ¡Y tacto!

Se nos niega en la vida los mares más profundos.
Llegan mentiras vagas con intención voraz,
porque, ¡ya viejos!, somos parte del fin. ¡Qué impacto!...

viernes, 25 de octubre de 2019

¿Qué es la poesía?


 Es el mensaje sabio que un poeta
(que siente el infinito en sus entrañas)
percibe de las plácidas montañas
o de las nubes o de un gran cometa.

Es la palabra lúcida y discreta
que se escribe en silencio. Con extrañas
maneras, le propone sus hazañas
al humano (y a su forma más secreta).

Es como una metáfora tardía
o la aliteración del universo…
Pero más que retórica…, es el verso

de Dios que se transforma en un papel,
y que se queda escrito en nuestra piel
para, después, llamarse poesía.

lunes, 21 de octubre de 2019

Un beso de buenas noches


Me acerco, sin palabra alguna,
y acaricio la respiración de mi esposa.
Su perfume queda en el aire,
en los recónditos espacios
de sur y Andrómeda.
Está su silueta posada al desnudo
con mis huellas,
como espiga atada a su fragancia.

La encuentro y coincido con el minuto
e intento amarla si no siente que la observo
atareada de horizontes, de familia.
Me queda a pocos metros
y yo sigo mirándola:
hermosa, dueña mía, sublime fragancia;
tan fábula de cariño.

Cuando hay tormentas,
salgo por ellas a pedirles
que no le hieran el corazón.
En instantes lúcidos de euforia,
me adora sin condición,
y yo, a ella, más la quiero.

Me acerco sin saber qué decir.
Le doy un beso de buenas noches
antes que despierte o sepa que fui yo.

viernes, 11 de octubre de 2019

Iglesia de nieve


A Carlos Páez

hoy me persigno de mañanatardenoche
querido Carlitos Páez
Carlitos Páez de la Nieve
Carlitos Páez de la fe
hijo del destino buen alumno
y me ha dolido el fémur de ustedes la grata sociedad
y me han dolido los epítetos fúnebres de sus compañeros durmientes
y me he servido un café
de afecto para pensarlos
y me he sumido en el frío exacto de la muerte
para rezarles un padrenuestroqueestásenloscielos
cuánto me duele verlos allí
cuánto me duele no socorrerlos en lo gélido
y así mismito hacerme de su dolor

Carlitos
sigo los pasos de su afán de Dios
de su añoranza de madre amor de mundo
de vientre materno
de abrazo lúcido de un padre que estuvo
y me convertí en tu hermano aquí Carlitos
en este siglo de recuerdos
y te pido que no vayas a las  montañas
que yo también te doy mi carne
mi poca fe con pocas fes más
para que se haga una sola
yo que hice a tu padre mi padre
a tu madre mi madre
y tu nombre mío
pero con más melancolía por su pésame
por su pésame en conjunto

me gustaría tener esa fe de mundo
les hubiera servido de mi sangre también
o de mi corazón o de mi esperanza
no para vanagloria sino para ser un hermano más
un hombre que siente la historia como suya

miércoles, 9 de octubre de 2019

A mi hermano Claudio

Si seremos destino, buen hermano,
que nuestros pareceres son iguales:
nos unen los caminos terrenales
y nos separa un cielo tan humano.

Me gustaría darte el más cristiano
abrazo y contemplar bienes y males;
decirte que te admiro a vendavales
y tu nombre bendito me es cercano.

Si miramos distantes nuestra vida,
no daremos razones al enojo.
Tú eres mi hermano lindo —un compañero

que siempre necesito y mucho quiero—,
y por eso te miro de reojo
como una joya eterna y muy querida.
 

martes, 8 de octubre de 2019

César Vallejo

Me duele tanto leerte,
querido Cesar Vallejo;
quema el alma y no me quejo
porque me apena esa suerte.
En Francia llegó tu muerte
de desdichada manera.
En París, esa quimera
que acogía tu palabra,
hoy en la penumbra se labra
con tu lanza justiciera.

¿Quién hizo doler tu sombra
que lloraba embravecida
y te arrancó de la vida
ese amorque nadie nombra?
¿Quién con tu paz no se asombra
si arrastraste mil infiernos
y descuidó los inviernos
que golpeaban tu luz?
¿Quién apretó en ti la cruz
de aquellos Dados Eternos?

¡Vallejo…! Mi juventud
de fiel poeta te entrego.
Hago lunas del sosiego,
y espasmos con la virtud.
Llora en mí la plenitud
de aquel hombre enardecido.
¡Levántate…! Te lo pido
antes de morir temprano.
…Quiero abrazarte, mi hermano,
junto al Dios que te ha dolido.

Nunca podría imitarte,
si volvieses a la vida.
(Está la tumba encendida
para anidar aquel arte).
¡Despierta…! Debes quedarte
abrazando al mar perplejo,
mientras nos das un consejo
—con palabras en exilio—,
para sentir el idilio
anidado en tu reflejo.


Chiclayo, cuando muera


Chiclayo, cuando yo muera
no quiero el Dios de tu llanto,
ni el hechizo de tu canto.
¡Yo moriré a mi manera!
Yerto bajo una palmera
les he de rezar a mis huesos;
mis errores serán presos
—como abejas de un panal—,
y un crucifijo infernal
será hoguera de mis besos.

Si mis poemas se pierden
al cerrarse mi ataúd,
mis versos y mi virtud
de mi apellido se acuerden.
Si mis entrañas se muerden
porque sienten mucho frío
quiero que formen un lío
en esta fúnebre ruta,
con la verdad absoluta
que guardo a orillas del río.

Chiclayo, que nadie llore
si sus sentidos profano;
no quiero ser el humano
que sus migajas implore.
(… Que mi poema mejore
en las lindes celestiales;
que muera en los arenales
de la conciencia incapaz;
que sea fuerte y tenaz
por mentados arrabales).

¡Chiclayo!, quiero certeza
de mi existencia pagana
y quemar esta sotana
de rimas en mi cabeza.
Abrázame con tibieza
si he de perder la razón.
No dejes mi corazón
si escribo melancolías,
en las noches y los días
de incansable inspiración.

domingo, 6 de octubre de 2019

A los maldonautas

Mis amigos lectores maldonautas
—personas de ojeada muy tenaz—,
permitan que este verso tan fugaz
pueda ajustarse muy bien a sus pautas.

Ustedes, como lúcidos amautas,
nos llevan a un espacio tan audaz,
donde se lee para estar en paz.
¿Me permiten llamarlos lectonautas?

Propongan, pues, autores del hacer
literario y aprendamos de sus obras,
para que se despierte la conciencia.

Y si seguimos juntos, sin zozobras,
la ignorancia jamás podrá vencer
en la batalla de la inteligencia.

El tiempo

El tiempo vuela
con alas blancas
y  tardes lilas
en mis palabras.
Se siente triste
si llega a casa,
mientras reposo        
en la montaña.
Hay días en los que mi tiempo vuela
con su loco vaivén en mis palabras.

El tiempo duerme
en mis espaldas
y duerme solo
en mis palabras.
Es muy nostálgico
y a veces calla:
es porque tiene
poca confianza.
Hay días de garúa… y el tiempo duerme
en la fe de un poema y en mis palabras.

sábado, 5 de octubre de 2019

La fogata

Si es mía la penumbra de tantos cielos,
no quiero que entristezcan las golondrinas;
haría una fogata de mis anhelos;
y de mi soledad, aguas cristalinas.

Es muy triste llorar lo que se nos roba
porque es más fácil huir de las peripecias:
es propio del humano que de su alcoba
llore lágrimas tibias con frases necias.

Si viene la nostalgia a mi ser profundo
nunca me esconderé de lo que me llega:
existe un gran dolor, de dolor profundo
que a veces no me deja amar y me ciega.

Si viene la aspereza a mi poesía,
he de dejarla estarse con su agonía.

viernes, 4 de octubre de 2019

Metáforas de un amor


no sé cómo empezar este pequeño poema
tan extenso de amor ni cómo terminarlo
si pudiera inventarme metáforas plásticas por ejemplo diría
el amor es el perfume de la luna
la imagen de la mujer que adoro
el ladrido de mi perro
el lado opuesto del hombre
de todo esto subrayaré lo intenso
la palabra secreta de mi amada
su respiración lúdica en mis oídos
sus gritos sensatos en la cocina
ella es la única razón de este miserable poema
está reencarnada en un ser sanguíneo
en la piel que un día será hueso
hueso que un día será polvo
pero ella es mi único poema de amor
sin puntuaciones estúpidas o sintácticos errores
lo sabe perfectamente vive en mi enojo en mi palabra vulgar
en mi poesía urbana no le importa nos admiramos nos maldecimos
por eso este escrito es pequeño y extenso
viaja al meollo del cariño vuela cabalga por las venas del corazón
atrapa la costumbre para hacerla su esclava
nos oponemos a lo bueno a lo sencillo  y nos decimos obscenidades
eso que agita y hace sudar al cuerpo
hay veces que somos más que dos


ahora duerme a mi lado
se embarca en mi corazón profundo
y parlotean los árboles de la casa
y sopla el instante su emoción infinita
me emociona extrañarla olvidarme que existe
para volver a pensar en ella 
que mi instinto se disfrace de su cabello tan solo para añorarla
y volver a nacer en su nombre
ser una semilla en su extraña manera de pensarme


es el momento de mirarla a los ojos
de besar esos pies que caminaron sobre risas y llantos
de secar esas lágrimas que hicieron un jardín fuera de la casa
y llorar juntos
y reírnos más y disfrutar de los cerezos del placer
saciarnos de enero a enero
que la irrealidad nos envuelva de presente
y decirle que la amo al ser profundo
y que me diga que hay un polisíndeton infinito de querer hacia mí
ser infusión de tiempo
amarla como la vez aquella que pronuncié su nombre
y ella me ignoró fue inalcanzable descontrolada
después me dijo que sí


la conocí al borde de una vida tempestuosa
nos tomamos de la mano por la tarde
en una foránea libertad
el sol eclipsado amoroso él quiso dormirse
para no escuchar nuestras declaraciones
fuimos intensamente felices y lo somos
ahora es distinto distante es una ficción
estar aquí en esta vida y no haber respirado juntos
hace tres vidas atrás somos pájaros temporales
mas estamos aquí juntos inmensamente juntos


jueves, 3 de octubre de 2019

Asíndeton


Burla, risa, calma
condensación, omnipotencia,
claridad, tierra, palma,
fastidio, prólogo.

Cuánticas paredes
de metáforas ungidas
profesan el augurio,
acompañan la pena,
flamígera armonía.

Caos, grillete, boca,
palabra, una palabra rota,
un archipiélago exhausto,
amor de hombre. Prólogo.

Casi entero llego al mar
de relucientes latidos,
triángulos amorfos,
pasión impedida por cuatro líneas.

Adiós, moribundo, horas,
relojes, epílogos, suspiros,
ensoñaciones. Fin.

martes, 1 de octubre de 2019

La décima blanca

Aunque ha venido de España
desde mucho tiempo atrás,
la verdad que no me importa,
ni me incomoda lo dicho.
Espinel ha sido grande
al igual que don Quevedo.
Pero en mi patria despierta
lo omnipotente del verso
con los poetas sensibles
y la décima celeste.

La tradicional historia
se guarda como secreto
los afectos de mi tierra
y una oración celestial.
Porque Dios escribe rimas
desde el cielo de los hombres…
Y también desde los mares
ancestrales del Perú
puede cantar cumananas
y tocar cajón peruano.

No llegan las consonantes
para la rima dantesca,
que quiebra con estructuras
y locas imposiciones.
La décima está callada
como nostalgia de siglo,
porque se requiere un verso
para escribir emociones
que digan más que la vida
y escondan más que la muerte.

La décima blanca llega
sobre un caballo de otoño
a trascribir el pasado
y revivir el presente.
La décima llega sola
con sus fuertes torbellinos
que llevan a la locura
sin entender la virtud,
de aquellos que nunca siguen
la verdad de la mentira.

La mujer


La mujer es un arpegio
de emociones encontradas
y perfectas pinceladas
de razón y privilegio.
La mujer —con porte regio—
es amor, razón, ternura.
Es la divina figura
más perfecta de la tierra,
es la que siempre se aferra
a brindarnos la cordura.

La mujer nos da la vida,
nos amamanta en su pecho,
nos da calor en su lecho
como una llama encendida.
La mujer es precavida
en cualquier enfermedad.
Es esa serenidad
en las noches de tormenta;
es la palabra que alienta
si llega la soledad.

Mujer es aquella esposa
que siempre lucha contigo:
te aconseja, te da abrigo
de manera silenciosa.
Es fragancia de una rosa
rodeada de tanta espina
en la existencia mezquina,
y de eso, no espera nada.
La mujer está alumbrada
de bondad, mientras camina.

Es esa perfecta guía
que merece un gran respeto;
es un preciado amuleto
que acompaña noche y día.
Es dulzura y simpatía
en un camino temible.
Su esperanza es más sensible
ante los ojos de Dios.
¡Como una mujer no hay dos!
¡Es un tesoro increíble!



Esta décima se publicó en el libro «Con aroma de mujer».

COMBUSTIÓN

Mis versos son incas ufanos, cielos peruanos en combustión; liberación desgarradora; el día y la hora cuando yo emigro has...