No conocí poetas más poeta
que Álvaro Figueredo, mis amigos.
Él es de Pan de Azúcar
y su rima es profana y muy completa.
Alvarísimamente vive quieta
sobre umbrales de tiempo y de testigos.
Él percibe en su lírica,
una vanguardia que nunca está quieta.
Alvarísimamente, Álvaro vive
en los anales cálidos del verso.
Sigue escribiendo, desde su universo.
Un dios de lo sonoro. Muy proclive
a rimas radioactivas bien logradas.
Es un hombre de letras consagradas.
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