jueves, 26 de octubre de 2017

Poesía (Soneto)


Poesía es mirar el universo.
Entender la metáfora del todo
y la nada. Sentir dentro del lodo
y la sequedad esa voz del verso.

Poesía es mirarte siempre inmerso
en el aprendizaje —codo a codo—
para después seguir a nuestro modo,
rompiendo reglas con lenguaje terso.

Poesía es decirle al conformismo
que se funda en cloacas modernistas,
porque cualquiera rima de sí mismo

y confunde los versos anarquistas
con la intensión del ego y de su abismo.
¡Piensan que son poetas los prosistas!




miércoles, 25 de octubre de 2017

La vida (Romance)


La vida tiene un sonoro
amanecer en el tiempo:
se parece a las gaviotas
que van surcando los cielos.
En la infancia, es el aroma
que nos sonroja de besos;
en la adultez, es el alma
que nos prolonga el silencio,
para no decir las cosas
que viven en el recuerdo
como relámpagos locos
en un mundo tan inquieto.
Así es la vida: Lunática…
cuando nos roba los sueños
en medio de ese crepúsculo
de ironías e improperios.
Hay que entender la  razón
de haber nacido en el eco
de los que no se conforman
con el agua o con el fuego.
¿Acaso son nuestros ojos?
¿Hemos nacido blasfemos?
El humano se contenta,
a veces, con ser nexo
del segundo y del minuto.
(Y pregunta: ¿Qué es aquello?)
La vida tiene horizontes
donde uno se hace más viejo
y obtiene sabiduría
con un abrazo y un beso.
La vida no es cosa simple
como un lindo nacimiento:
es aceptar de su mano
todo lo malo y lo bueno.

martes, 24 de octubre de 2017

A Victor Hugo Parraguez (Décima de rima blanca)

Victor Hugo Parraguez,
poeta de tradiciones,
transitas por las veredas
de los mundos venideros.
Eres un poeta cholo,
de choledades cholísimas.
Tú lo sabes. No te duermas.
Somos distantes, distintos.
Somos hombres, al final
de jaranas y aquelarres.

Mi décima clasicista
con octavas musicales,
en Ferreñafe se adentra
para tomar buena chicha.
Eres un poeta inmenso
con distancia metafórica.
Casi nadie tiene aromas
comparados con tu nombre;
eres un gran escritor
de eximia literatura.

Yo podría rimar rimas
en un río muy ruidoso;
es mejor romper las reglas
de lo que uno ya conoce.
¡Ya ves! Seremos los locos
que escribieron por doquier.
Ah gran vate, si Vicente
Espinel leyera esto
se volvería demente
con cada verso entregado.

Después de tanta locura
todo será más tranquilo;
nos veremos a la orilla
de una cuarteta endiablada.
¡Parraguez!  Si tú despiertas,
mañana,  con el concepto
de escribir como yo lo hice,
te diré solo una cosa:
esta rima delirante
la aprendí de Víctor Hugo.

Parraguez, el poeta



Victor Hugo Parraguez es un poeta consagrado, un cholo ferreñafano de pura cepa que se adentró en el mundo de la versificación con una maestría que pocos la tienen. En cada uno de sus versos se ve reflejada la esencia de la peruanidad y de su tierra tan querida, porque Parraguez es un vate.
Tildan a los que escriben décimas como simples decimistas: hombres dicharacheros que solo sirven para hacer reír a multitudes; justamente porque se enfocan en esa forma cotidiana de decir las cosas, de demostrar la cholitud sin mucho rodeo, sin metáforas sicodélicas. La décima costumbrista nos lleva a los espacios donde el cultismo prefiere huir. Sin embargo, si nos ponemos a analizar la poética de Parraguez, podemos encontrar metáforas bien logradas con líneas tan sencillas, porque para trascender no se necesita vestir la poesía de palabras inentendibles e inalcanzables.
«Nace una sorda clemencia/de dar reconocimiento». Aquí cité dos versos que explican la necesidad de darle al poeta el lugar que le corresponde. Y creo que el gran cholo ferreñafano le escribe al infinito para dejar una huella literaria, una visión (que es su propia visión) de las cosas, de aquellas vivencias que solo puede sentir un hombre que ama a su pueblo con todas sus fuerzas. 
Yo recuerdo que en los encuentros poéticos que realizaba Iván Santamaría, escuché hablar de Parraguez, referirse a él como un  maestro, un hombre de una alta capacidad creativa, y eso me llenaba de orgullo. ¿Cómo le puedes explicar a un joven que la poesía está en todas partes, y que a veces se ausenta? ¡Parraguez estaba en su caballo decimístico!  No sé si es el destino quien me permite ahora escribir unas líneas sobre este versador, tan semejante a Miguel Hernández (España), a José Hernández (Argentina) o a Naborí (Cuba).  Y que sepa que no lo hago por mera curiosidad literaria que escribo unas líneas sobre él, porque todo lo que digo y pienso lo tiene merecido. Ferreñafe le debe un eterno reconocimiento por su labor poética, por ese criollismo innato.
Dicen que los versos que uno guarda en la memoria siempre son los que perduran en la eternidad; lo creo así. Aquella decima «Mi poto de chicha pura», me arrancó una sonrisa, y a su vez, pude sentir el despecho cholo —ese que te lleva a embriagarte con chicha y cañazo por una mujer pueblerina—. Por eso es importante que se escriba sobre la tradición en nuestro país, y que las personas como Parraguez se valoren y se tengan en alto, como un símbolo. Los grandes no necesitan estar en otra vida para ser grandes, ya lo son. Y el maestro Victor Hugo, ¡lo es! Es un hombre que ha contribuido culturalmente con versos de su propia vivencia y fe. Lo dicen sus libros publicados, los premios obtenidos a lo largo de su vida; Parraguez es un estandarte del verso, y es considerado un poeta.
Cada vez que se le hace un reconocimiento, no solo una satisfacción invade su ser, sino esas ganas infinitas de amar al Perú, a Ferreñafe (su pueblo natal). Y eso es lo que identifica a un hombre, a un verdadero artista de las letras.   

lunes, 23 de octubre de 2017

A Rafael Santa Cruz

Las guitarras y cajones
hoy regresan a su funda
con triste pena que inunda
las calladas emociones.
No se sienten los bordones
de las jaranas limeñas
porque no vibran las señas
melódicas en la luz
con Rafael Santa cruz,
gozando en bares y peñas.

Fue músico y difusor
de nuestro cajón peruano;
y con golpes de su mano
hizo vibrar al folclor.
Fue cantante y  fue actor…
Fue un señor de talento
que ha partido al firmamento
sobre  notas musicales,
en espacios siderales
que acogen al sentimiento.

Un artista muy completo
que nos deja su alegría,
sencillez y simpatía
en este mundo tan prieto.
Se ha llevado su secreto
en una barca con redes
y han quedado las paredes,
de su humildad,  bien pintadas
con marineras cantadas
al lado de Nicomedes…

Hoy, querido Rafael,
no existe consuelo alguno
que pueda ser oportuno
en la tristeza más fiel.
Un cajón, sobre mi piel,
hará música en figuras
que lleven las frases puras
de tu criollismo nato,
porque fuiste muy sensato
y hoy estás en las alturas.

El decimista y el poeta


El decimista y el poeta (I)

Las ocasiones en que estuve presente en varios eventos referidos a la décima peruana, me encontré con esa pequeña –aunque maliciosa– diferencia. Dícese que la persona que escribe décimas no puede ser considerada poeta o viceversa; y ¿por qué? ¿Cuál es el punto de partida de aquella disputa por ese nombre, por esa proclama tan equívoca de algunos “cabezotas”, o de algunos círculos que no entienden que no hay diferencia conceptual que avale tal pensamiento?
La décima (de Espinel o Mal Lara), creada desde el siglo XVI, es una forma estrófica que consta de diez versos octosílabos, y hasta ahora continúa vigente con más arraigo en muchas partes del mundo.  Se practica en sus distintas ramas: sea escrito o improvisada, incentivando así la parte cognitiva y sensorial de los poetas. Por alguna razón ( y creo tener una vaga respuesta) me temo que se ha tomado por décima a la forma tradicional y picaresca: se piensa que el decimista es un señor bufonesco que, sencillamente, hace parodias de algunos aspectos de la vida.
La vanguardia de la poesía: aquella que escapa de la estructura métrica, metafórica, clásica de cualquier verso, tan afamada de los franceses tales como Charles Baudeleare, Rimbaud, Verlaine, ha roto, desde ahí, con el patrón al que muchos de los poetas estaban acostumbrados. Es así que la poesía ha tomado un claro vuelco hacia el modernismo, y de ello no se ha escapado la décima en la actualidad.
Considerando que la décima sigue siendo parte de una corriente literaria tan afamada, podría decir que ha ido promulgándose  en la forma de expresar las emociones, los pensamientos. Ya lo decía Carlos Ramírez Soto, uno de los escritores más representativos de Lambayeque, y al que tanto aprecio tenía, que la décima es poesía, en todo el sentido de la palabra.
La tendencia al humor burlón, canallesco de los peruanos con respecto a la vida, ha hecho que su aporte a la poesía octosilábica haga que el público recree esa falsa imagen. Lo digo, con tal convicción, como una forma de reivindicación a ese absurdo concepto que se está calando cada vez más en el pueblo.
Habría que expandir el verdadero concepto entre un poeta (decimista, versolibrista, etc)  para asegurarnos que las dudas que hay entre dos personas que son una, se disipen. Rubén Darío y Vicente Huidobro (modelos distintos de poesía), siguen siendo poetas, y no surreal y modernista, dicho sea de paso. El concepto de poesía es uno solo, único en su especie: la humana.  

Ironías de un mendigo

Cansado de la miseria,
cierto día, y sin abrigo,
se encontraba aquel mendigo
maldiciendo con histeria:
¡El mundo no es cosa seria!
¡Se ríen! ¡Comulgan menos!
¡Los ricos viven serenos
con el trabajo de pobres!
Y a mí… en ratos salobres
todos me parecen buenos.

No haga ruido, ¡por favor!
le comentó un policía
—.
¡Es muy tarde…! No es un día
para locuras, señor.
No le parece mejor
ir a descansar un poco.
Yo no sé si me equivoco
expuso el hombre en respuesta—.
¿Es que acaso en esta fiesta
usted piensa que estoy loco?

A la mañana siguiente
se hizo un corbatín de trapos
y buscó entre los harapos
una chalina decente.
Acomodaré la mente
para este locuaz discurso:
Ayer me gané el concurso
y obtuve la  presidencia
donde marcha la elocuencia
para perderse en su curso…

La cuarta guerra mundial
será decisión certera,
la Gioconda, en su quimera.
será mi descanso carnal.
Todo mandato papal
será muestra de herejía…
Y la pobreza sería
la cena de cada  niño,
que se engorda con cariño
mientras llora de alegría.
 


El criminal será libre
y el político… honesto;
el pobre tendrá su puesto,
cuando el mundo se equilibre.
Haré que el amor  no vibre
y que lleve el alma muerta.
Que el suicidio toque puerta
para  un bello paraíso
porque nunca nadie quiso
tener una herida abierta.

Que Hitler junto a Caín
en sus derechos humanos
luchen por esos cristianos
que llegaron a su fin.
Que preparen un festín
de animales carroñeros,
obispos y curanderos
que se enriquecen de pronto…
Y piensan que soy un tonto
si los llamo traicioneros.

Usted se burla, ¿verdad?
comentó un niño presente.
Debe ser más elocuente.
No mienta en la sociedad.
Muero de felicidad
dijo el viejo con ternura
.
Eres inocencia pura
lleno de basta alegría,
pero también la ironía
es parte de la locura.

La vida es una ilusión
y un paisaje quijotesco,
es el aire claro y fresco
que esconde su perfección.
Si los sueños, sueños son…
deseo seguir «chiflado»
con grandezas que he soñado
y pobrezas que he tenido…
porque siempre el mundo ha sido
el presente del pasado.


COMBUSTIÓN

Mis versos son incas ufanos, cielos peruanos en combustión; liberación desgarradora; el día y la hora cuando yo emigro has...