miércoles, 29 de enero de 2020

Invisible


te he visto en cada ventarrón
de mi desasosiego
en cada hoja caída de la madrugada
en la fórmula invisible de mi prosa
y no hubo nada que no supiera de ti
ni siquiera tus huesos se escaparon
de mi análisis de promulgación
no soy como ellos
no me he visto entre ellos
y son los que te miran
los que te roban ese aire que no es nuestro
te mueves en mis venas
te has dado cuenta que soy invisible
y que te profano entre dientes
que me desemboco en tu talento
en tu inmediatez femenina
eso me apasiona
en los descuidos de tus labios
en las pulsaciones de tus nalgas
en tu exactitud nocturna
me siento tentado de quererte a besarte a fumarte
ya que te puedes ausentar de mí
de las ansias locas de poseerte
aunque estés aquí en cada inescrutable rincón de pensamiento
lúcido que me queda
hasta Zeus sabe que te adoro
hasta Poseidón sabe de mis lágrimas
hasta el espejo sabe de la espera de tu imagen
a la entrada de mi hogar

lunes, 27 de enero de 2020

Miradas


tenemos que mirarnos 
matinalmente
con las espinas en la cama
con las espaldas de la puerta
con ese otro lado de tu cabello
con ese otro lado de mis ojos
nocturnamente
nocturnamente de lucidez
de pasión desmedida
de inocencia temprana
nos hemos conocido
aletargados de afecto
queriéndonos más oportunamente
con poéticas de Whitman
o sencillamente leyendo al fumón de Onetti
ese anticristo existencialista
pero tenemos que mirarnos
después de amarnos entre Montevideo
y nuestra memoria
oh si nos conociéramos en ese panal de abejas
en ese Pan de Azúcar donde nos echamos una siesta
una tertulia para decirnos que nos queremos
cuando despierta la mañana
y tus ojos están empapados de cariño

viernes, 10 de enero de 2020

Amigo


He preferido el silencio
desde esa vez que vi reír a mis hermanos.
Y lo asumo de fe certera
para no parecer aguafiestas, melancólico.
Es que adoro su alegría,
su bienestar de espíritu,
su volcán de palabras.
«Dame ese aguardiente», me dijeron.
Y festejaron hasta más no poder.
Yo nomás que me sentía bien por ellos,
porque el viento estaba de su lado,
está de su lado.
«Vamos a bailar», me dijeron.
Y yo, pausadamente, con el pecho henchido de amor,
me quedé callado para no estropear su alegría.

Señor Humano


Óigame, señor Humano,
lo que tengo que decir:
«Siempre que intente vivir,
hágalo con buena mano.
Si ha de “cagarla”, mi hermano,
con mentiras y maldades,
no llame casualidades
a esa errónea actitud,
porque a veces la virtud
se abriga con necedades.

Si vive entre tanta escoria
es porque así lo decide…
La vara que a usted lo mide
solo existe en su memoria.
Si quiere cambiar la historia
ablande su corazón;
haga un nido en la razón
libre de egos y malicias;
albergue, en su alma, caricias
y téngase compasión».

COMBUSTIÓN

Mis versos son incas ufanos, cielos peruanos en combustión; liberación desgarradora; el día y la hora cuando yo emigro has...