martes, 29 de abril de 2014
Padre
Que mi padre, con esmero,
nunca se sienta culpable.
De mi vida miserable
no se llevará un lucero.
A ese ser que retrechero
se alejó de nuestro lado
con el corazón callado
sabiendo de su insolencia…
no le pediré decencia
si sus penas me han dejado.
Siempre hubo un pequeño atajo
entre verdad y mentira;
mi ser de su amor respira
un miserable estropajo.
Con su incesante trabajo
nos dejó la insensatez,
pude ver la madurez
sin su bendita presencia;
él no estuvo en mi existencia:
en mi infancia y mi vejez.
De sus pasos memorables,
he sufrido los enojos;
lloraron así mis ojos
los otoños miserables.
Sus acciones admirables
son una ciencia maldita.
..Hoy, que se sienta y medita
de sus tramos negligentes,
sólo hace sonar sus dientes
al leer mi glosa escrita.
Encontrará un ser abyecto,
en mi canto y en mi rima;
sabrá entonces que en la cima
se dañó mi ser (¡perfecto!).
De su vida fui un proyecto
con otoños fallecidos.
Los aires embravecidos
ya no esperan su regreso,
con mi rencor vive preso,
en la prisión de alaridos.
Ya no quiero su migaja
ni la honra de llamarme hijo,
porque un día él me dijo:
¡Pequeño, tú eres mi alhaja!
Hoy he guardado en la caja
de mi temprana inocencia
las noches que con paciencia
esperé por su regreso,
y con el tiempo, por eso,
a su nombre di sentencia.
Tampoco mal agradezco
las cosas que hizo por mí,
porque con él aprendí
a obtener lo que merezco.
Con perseverancia crezco
ante los rastros juiciosos.
Hay caminos peligrosos
hurgando en mí, la derrota,
y lastiman gota a gota
mis pensamientos hermosos.
Que me diga cara a cara
la verdad de su paciencia,
de sus años de existencia,
o la suerte que lo ampara.
Que cuente, qué cosa rara,
entristecía su ser,
que diga si su querer
nunca en él se ha marchitado,
o que un día se ha quedado
llorando por su mujer.
Quisiera volverme diestro
en los gajes de la duda;
quisiera tener su ayuda
para llamarlo: ¡Maestro!
Lo dudo… ya que lo nuestro
se murió en una batalla,
y nadie obtuvo medalla,
perdiendo paz y cariño…
No me apoyó siendo niño
o cuando tuve una falla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
COMBUSTIÓN
Mis versos son incas ufanos, cielos peruanos en combustión; liberación desgarradora; el día y la hora cuando yo emigro has...
-
Nuestro héroe y comandante Bolognesi… ya reposa en la poética glosa de nuestro Perú radiante. Con ese sol de diamante que cubrió su ci...
-
Victor Hugo Parraguez, poeta de tradiciones, transitas por las veredas de los mundos venideros. Eres un poeta cholo, de choledade...
-
Mis versos son incas ufanos, cielos peruanos en combustión; liberación desgarradora; el día y la hora cuando yo emigro has...
No hay comentarios:
Publicar un comentario